Geopolítica: El Siglo XXI y la Izquierda
El reconocido sociólogo brasileño Emir Sader ha lanzado una audaz hipótesis sobre la dirección del siglo XXI, afirmando que el mundo transita decididamente hacia la izquierda. Esta perspectiva desafía narrativas tradicionales al sugerir que el declive de la hegemonía estadounidense, característica del siglo XX, está dando paso a un nuevo orden multipolar con implicaciones profundas para las ideologías políticas.
El influyente sociólogo brasileño Emir Sader ha expuesto una provocadora tesis: el siglo XXI se perfila como una era donde el mundo se inclina progresivamente hacia la izquierda. Sader fundamenta su análisis en una observación crucial sobre el cambio de paradigma geopolítico: mientras que el siglo XX fue innegablemente el 'siglo estadounidense', caracterizado por la hegemonía de Washington y la expansión del modelo capitalista occidental, el siglo XXI se consolida ya como el 'siglo asiático'. Esta transición, según el pensador, va más allá de un mero desplazamiento geográfico del poder económico, marcando el inicio de una reconfiguración profunda en las dinámicas políticas y sociales a escala global.
Para Sader, la interrogante sobre el significado de este cambio de epicentro radica en el debilitamiento de los paradigmas ideológicos que dominaron bajo la égida estadounidense. La desglobalización de ciertas estructuras impuestas y el surgimiento de modelos de desarrollo alternativos, muchos de ellos con fuerte intervención estatal o de corte nacionalista-popular en diversas regiones, abren el camino a una revitalización de los proyectos de izquierda. No se trata, necesariamente, de una unificación ideológica, sino de una erosión de la hegemonía neoliberal que permitió la imposición de una visión única del progreso. El sociólogo sugiere que la multipolaridad emergente propicia un terreno más fértil para la experimentación con políticas sociales, económicas y ambientales que priorizan la justicia social y la soberanía popular frente a los intereses transnacionales.
En este contexto, la visión de Sader implica que la crisis de los modelos hegemónicos del siglo pasado, sumada a las nuevas demandas sociales y ambientales globales, impulsa la búsqueda de soluciones fuera del espectro tradicional de la derecha. El desplazamiento del eje mundial hacia Asia, con sus propias complejidades y visiones de desarrollo, no solo redistribuye el poder económico y político, sino que también estimula un renacimiento de las discusiones sobre modelos de sociedad más equitativos y menos dependientes de las directrices occidentales, consolidando así la premisa de un siglo XXI con una marcada tendencia hacia la izquierda.





