Incautación de petroleros agudiza tensión bilateral
La confrontación entre Estados Unidos y Venezuela escaló a un nuevo nivel tras la incautación de dos buques petroleros venezolanos por parte de fuerzas estadounidenses, con un tercero activamente perseguido. El gobierno de Caracas ha reaccionado con vehemencia, calificando estos operativos como un “robo en aguas internacionales”.
Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y Venezuela se agudizaron drásticamente tras la confirmación de la incautación de un segundo buque petrolero venezolano por parte del Ejército estadounidense. El operativo, que tuvo lugar en la madrugada del 20 de diciembre frente a las costas de Venezuela, eleva a dos el número de navíos bajo control estadounidense, mientras un tercero es activamente perseguido. Ante estos hechos, el gobierno de Caracas no tardó en emitir una condena enérgica, calificando la acción como un "robo en aguas internacionales".
Según informes del diario 'The New York Times', el buque incautado el 20 de diciembre navegaba bajo bandera de Panamá, un detalle que añade complejidad al incidente y que Washington podría usar para justificar su intervención. La operación se llevó a cabo en un contexto de crecientes fricciones entre ambas naciones, con Estados Unidos manteniendo una postura firme contra el régimen de Nicolás Maduro y sus aliados, implementando una serie de sanciones económicas.
Estas incautaciones se enmarcan en una estrategia de presión estadounidense que busca limitar la capacidad de Venezuela para exportar petróleo y, con ello, asfixiar financieramente al gobierno de Maduro. Aunque Caracas insiste en la ilegalidad de estas acciones al considerarlas fuera de su jurisdicción territorial, Washington argumenta que son parte de esfuerzos para hacer cumplir sanciones internacionales y combatir actividades ilícitas asociadas al régimen, profundizando aún más el conflicto en la región.





